Con frecuencia el comportamiento de agredir a alguien en público cuando dices que te están faltando al respeto por vestir con un short y vas de la mano con una persona, mujer, que viste igual, se corresponde con tratar a la mujer como a un ser inferior ya que al ser una mujer se trata con la condescendencia de que ella sí pueda ir vestida con la misma ropa que lleva el chico adaptada a su cuerpo, pero (más allá de cuando sea por calor) si se la pone un hombre se estigmatiza como que es faltarse el respeto a sí mismo adornar su cuerpo a la vista de las personas de mirada receptiva a ser la parte activa en las relaciones sexuales, ya que el instinto reprimido de reproducirte con las hembras en celo de tu territorio, que se te exacerba, pasa por que al simular la desnudez la forma de vestir del chico, te lo imagines desnudo y pienses en la situación de dominación, y en esa situación te la pone dura quien se sexualiza de forma sumisa —sumisa la mayoría de las veces por estadística—, mostrando su cuerpo para atraer y ofrecer disponibilidad; y esta es la única forma que tienes de aceptar sin pretextos a la mujer, a juzgar por la opresión a cualquiera que no se amolde a la normatividad. A lo mejor lo que te gusta de tu mujer es que se haga la puta contigo y no ella. Se confunde el paradigma de la función social de las relaciones íntimas con los demás tipos de relaciones, lo de que es el hombre es el que le hace sentir mujer a la mujer para extasiarse con las emociones.
Por todo eso te causan rechazo una gorda o una deportista de fuerza que van provocativas y que a ellas “no les queda bien”, te molestan lo mismo que lo dura que te la ponen, porque tienen caracteres que no son los convencionales o los estándares para el machismo.
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